Hola, amig@s.
Quisiera compartir con vosotros una serie de entradas donde iré poniendo aquellas películas y libros donde la magía, los dragones y la imaginación se unían en mi mente, y seguro que también en la de muchos de vosotros, creando mundos increíbles.
Creo que un buen comienzo sería con Dragonslayer.
Dragonslayer (el dragón
del lago de fuego) es una película de fantasía, estrenada el 26 de junio de
1981, ambientada en un ficticio reino medieval, donde Peter MacNicol, en su
primer papel, representa a un joven aprendiz de mago que experimenta el peligro
y la oposición en su intento de derrotar a un dragón.
Esta película es una co-producción
entre Walt Disney Productions y Paramount Pictures, Dragonslayer era más madura que otras películas de Disney de la época.
En la década de los ochenta esto era diversión apta para todos los públicos, a
pesar de la violencia y oscuridad de algunas de sus escenas, incluso algún momento
de breve desnudez que era algo polémico en ese entonces.
La película fue dirigida y guionizada
por Matthew Robbins, y es quizá, la más reconocida de su biografía, salvo por su
otra película también recordada desde mi infancia, Batteries not included (nuestros maravillosos aliados, 1987).
Colaborador de Spielberg, Lucas y Guillermo del Toro en guiones de algunas de
sus películas como ET el extraterrestre
y Mimic.
Protagonizada por: Peter MacNicol (Galen, el aprendiz de mago), Ralph
Richardson (el mago Ulrich), John Hallam (Tyrian, el soldado) y Caitlin Clarke (Valeria, la doncella).
Dragonslayer también contó con el actor entonces desconocido Ian
McDiarmid como el personaje secundario Hermano Jacopus, siendo su próximo papel
en el cine como el villano Palpatine
en Star Wars Episode VI: el Retorno del
Jedi (1983), un papel que iba a repetir en las siguientes películas de Star
Wars.
Los efectos especiales fueron
creados en Industrial Light and Magic donde Phil Tippett había co-desarrollado
una novedosa técnica de animación llamada stop-motion consistente en mecanizar
los movimientos del muñeco por computadora para que la cámara captara la imagen
movida en cada disparo. Con este efecto se consigue que el movimiento no quede
tan limpio y recortado como en la animación clásica y le da una suavidad más
real a la animación. Esta fue de las primeras películas en la que se usó pero también
hubo otras, así como Star Wars Episode V:
El Imperio Contraataca (1980). Incluyendo el modelo hidráulico de 40 pies
(12m.), se utilizaron 16 marionetas de dragón para el papel de Vermithrax, cada uno hecho para diferentes
movimientos, volar, arrastre, fuego, respiración, etc.
En definitiva, diré que es una
gran película donde, al verla, se conjugan los arquetipos más conocidos de la
fantasía y, junto con la imaginación de un infante, puede generar momentos increíbles.
Además, también mencionaré que sus efectos especiales, que para la época eran
de lo mejorcito, hoy incluso podrían llegar a rivalizar con algún que otro animatronics moderno.
¡Hasta pronto!
¡Hasta pronto!


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